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    segunda-feira, 5 de maio de 2014

    Blogueros con el Papa




    Blogueros con el Papa


    • Comunicación en la Iglesia: retos y oportunidades. Estrategias creativas para el cambio cultural. 
    • EL VIENTO DEL ESPÍRITU 
    • Recuerdos del II Sínodo Extraordinario en 1985. 2ª. Parte. 




    Posted: 05 May 2014 11:02 AM PDT


    Los días 28, 29 y 30 de abril tuve la gracia de asistir al IX Seminario Profesional para las Oficinas de Comunicación de la Iglesia, en Roma. La temática del Seminario venía dada por el lema: Comunicación de la Iglesia: estrategias creativas para promover un cambio cultural.










    Reunir a más de 200 personas, de todo el mundo, interesadas por comunicar a Cristo a través de la Iglesia, es un hito reseñable. Sobre todo cuando se cuenta con ponentes del nivel de Joaquín Navarro Valls, el Card. Timthy Dolan de Nueva York o el Card. Philippe Barbarin de Lyon. El Seminario se organizó de forma similar a un congreso, con ponencias generales y espacios para que diversas personas pudieran presentar comunicaciones. Los espacios para las comunicaciones se distribuyeron según los diferentes idiomas, llegando a coincidir hasta siete comunicaciones simultáneas.






    La organización fue prácticamente impoluta, dando lugar a una dinámica muy positiva, en la que era posible comentar lo que nos parecía más importante, mientras nos desplazábamos de un espacio a otro. Además las comunicaciones fueron de gran interés general por la calidad de las contribuciones que se hicieron.






    El primer plato fuerte que degustamos fue una ponencia del Cardenal Dolan, cuyo título deja claro el contenido que desarrolló: "Necesitamos laicos competentes que representen a la Iglesia". El Card. Dolan con su característico sentido del humor reseñó que: necesitamos " un verdadero sentido de la profesionalidad en todo lo que hacemos" . La "forma de decir algo es tan importante como lo que decimos". Sin lugar a dudas, "no debemos tener nunca miedo de decir la verdad ", incluso en situaciones desagradables para la institución, porque "la gente quiere y espera la transparencia de la Iglesia". "La gente tiene hambre de sentido para su vida".













    Joaquín Navarro Valls nos reseñó los tres ámbitos en que se hacía evidente la santidad de Juan Pablo II: la oración, el trabajo y el sentido del humor. Nos indujo a reírnos llenos de amor del recuerdo de este santo Papa cuando nos relató diversas anécdotas que reflejaban el buen humor siempre presente en Juan Pablo II. 






    El miércoles, tras la audiencia con el Papa, el P. Federico Lombardi accedió a compartir con nosotros un rato y responder a nuestras preguntas. En principio se podía suponer que entre colegas las preguntas iban a ser sencillas, pero nuestra curiosidad hizo que el P. Lombardi sacara lo mejor de su capacidad comunicativa y diplomática. Reseño un par de preguntas y su respuesta.






    Ante la espontaneidad del Papa Francisco, uno de los asistentes le preguntó a qué santo se encomendaba cada mañana. El Padre Federico contestó que siempre rezaba al Espíritu Santo para que le diera la capacidad de entender la Voluntad de Dios. Como es lógico apareció el tema de los conceptos que el Papa utiliza a menudo y que nadie sabe claramente su interpretación. Por ejemplo "las periferias existencias" o "la teología inconclusa" entre muchos otros conceptos. El P. Lombardi contestó que la oficina de prensa está para servir a la Iglesia y al Papa, comunicando lo mejor posible sus mensajes y actividades. Su misión no es dar consejos al Sumo Pontífice. Tras oír esta respuesta, pensé en que esta actitud es antagónica a la de las oficinas de prensa de los políticos, que se empeñan en crear un producto que sea "vendible" y "consumible" por los votantes.











    El Cardenal Barbarin centro una estupenda ponencia de titulo "Vi la mano de Dios", esto dijo el Papa Francisco cuando dijo que eligió el tema del Sínodo sobre la Familia. "No es en absoluto sorprendente que el Papa ha confiado la labor del Sínodo sobre la familia a la intercesión de los dos nuevos santos papas, para ser llevados a cabo en docilidad al Espíritu Santo ", añadió Barbarin. En estos temas, de hecho, es del todo inevitable "se unen en oración, porque los riesgos son muy altos". Tras oír la ponencia del Cardenal Barbarin, no me cabe duda que el Sínodo de la Familia es una inmensa oportunidad que no está libre de peligros. Por ejemplo la creación de otro supuesto "espíritu" del Sínodo, que nos lleve de nuevo a una o dos décadas de enfrentamientos entre nosotros.











    También fue muy interesante la ponencia de Helen Alvaré, heroína de la lucha por la vida y el matrimonio. Esta mujer merece un reconocimiento extraordinario, ya que es capaz de combinar dos aspectos que suelen estar contrapuestos: la misericordia y la justicia. Amor y cercanía con las mujeres que se ven destrozadas por la ideología de género y que la defienden porque creen que es la única forma de solventar sus problemas. Justicia y fortaleza, con la ideología que tantos daños está causando entre nosotros. Sobre todo me ha entusiasmado la iniciativa de permitir que las propias mujeres sean las que digan lo que sienten, de forma que otros no se apoderen de una representatividad que nunca les han dado.






    Podría seguir comentando las demás ponencias, pero no terminaría de reseñar todas las virtudes que fueron expuestas con claridad y razonamiento. Sólo me queda reseñar que espero poder asistir al siguiente seminario, que se realizará dentro de dos años. Vivir durante tres días con personas llenas de entusiasmo y valentía, hace posible que vea el futuro con más esperanza y alegría. (Néstor Mora)









    EL VIENTO DEL ESPÍRITU


    Posted: 05 May 2014 12:00 AM PDT








    Recuerdos del II Sínodo Extraordinario en 1985. 2ª. Parte.


    Después de vivir la inmensa alegría de la Canonización del Papa Juan XXIII y Juan Pablo II, después de saborear y profundizar los rasgos de su santidad, entremos de nuevo a lo que fue el II Sínodo Extraordinario. El título ya nos indica la grandeza de este acontecimiento.


    En la Asamblea sinodal reinó solo la libertad de expresión y la voluntad de servir a la Iglesia y de ser fieles al Vaticano II. ¿Qué había pasado? El VIENTO DEL ESPÍRITU había barrido las nubes.


    El Documento final fue entretejido progresivamente desde el primer día y publicado por decisión del Papa, fue una novedad en la historia de los sínodos.


    Desde el 24 de noviembre al 8 de Diciembre de 1985 los presidentes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo, los Cardenales de la Curia, los padres de designación pontifica, los grandes protagonistas supervivientes del Concilio, cardenales y teólogos, invitados por el Papa, los auditores, los Patriarcas de las Iglesias Orientales, los observadores de otras Iglesias se reunieron mañana y tarde. Unánime: Hasta ahora hay un solo vencedor: el Concilio.


    El Papa estuvo presente en todas las congregaciones generales exceptuando el miércoles de audiencia. Las intervenciones del Papa en la apertura y clausura del acto fueron sobrias y estimulantes, de alto tono espiritual, reivindicando siempre a modo de "leit-motive", la plenitud del Vaticano II. Exhortó a tener la misma disponibilidad de escucha del Espíritu Santo que tuvieron los padres conciliares. Y reafirmó que el hombre es el camino de la Iglesia porque precisamente la Iglesia sigue a Cristo que es para todos los hombres camino, verdad y vida.


    En la Clausura quince días después, declaró gozoso: El Sínodo ha logrado los objetivos para los que fue convocado y ha reforzado la apertura de la Iglesia, al final del segundo milenio, La Iglesia quiere vivamente ser la Iglesia en el mundo contemporáneo; desea servir de modo que la vida humana sobre la tierra sea cada vez mas digna del hombre.


    La apertura y clausura del Sínodo tuvieron liturgias solemnes en la Basílica vaticana que evocaban las ceremonias de octubre 1962-1965. Presididas por Juan Pablo II que procuró que aquel fuera el Sínodo de la oración.


    La Madre Teresa de Calcuta era en el aula la imagen de esta realidad. Asistió a todas las reuniones con el auricular en la mano derecha y el rosario en la izquierda. Miles de chicos y chicas manifestaron su adhesión al sucesor de Pedro y al Concilio y en la apertura pidieron a los obispos "fidelidad y valentía".


    El Sínodo lanzó un mensaje al mundo, expresión del compromiso de todos los obispos para llevar a la práctica el Vaticano II. Una de las cosas que se rechazó con fuerza fue la tentación de lecturas parciales. La receta fue asimilar toda la coherencia del Concilio. Las lecturas parciales son culpables de muchas sombras. La lectura, además hay que hacerla a la luz de toda la Tradición anterior de la Iglesia y de los Concilios precedentes, se puntualizaba.


    No hay como algunos pretendían "ruptura". La Iglesia es siempre la misma. Cristo es el mismo ayer, hoy y mañana y es el que garantiza la unidad de la Iglesia. Esta resultó ser una de las ideas fuertes del Sínodo.


    En el siguiente y último capítulo veremos otro aspecto: CRISTO, SÍ; IGLESIA, TAMBIÉN.


    Extracto: DEL TEMOR A LA ESPERANZA TOMO II. PÁGS. 176-178










    Recuerdos del II Sínodo Extraordinario en 1985. 2ª. Parte.


    Posted: 04 May 2014 11:00 PM PDT




    Después de vivir la inmensa alegría de la Canonización del Papa Juan XXIII y Juan Pablo II, después de saborear y profundizar los rasgos de su santidad, entremos de nuevo a lo que fue el II Sínodo Extraordinario. El título ya nos indica la grandeza de este acontecimiento.






    En la Asamblea sinodal reinó solo la libertad de expresión y la voluntad de servir a la Iglesia y de ser fieles al Vaticano II. ¿Qué había pasado? El VIENTO DEL ESPÍRITU había barrido las nubes.






    El Documento final fue entretejido progresivamente desde el primer día y publicado por decisión del Papa, fue una novedad en la historia de los sínodos.






    Desde el 24 de noviembre al 8 de Diciembre de 1985 los presidentes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo, los Cardenales de la Curia, los padres de designación pontifica, los grandes protagonistas supervivientes del Concilio, cardenales y teólogos, invitados por el Papa, los auditores, los Patriarcas de las Iglesias Orientales, los observadores de otras Iglesias se reunieron mañana y tarde. Unánime: Hasta ahora hay un solo vencedor: el Concilio.






    El Papa estuvo presente en todas las congregaciones generales exceptuando el miércoles de audiencia. Las intervenciones del Papa en la apertura y clausura del acto fueron sobrias y estimulantes, de alto tono espiritual, reivindicando siempre a modo de "leit-motive", la plenitud del Vaticano II. Exhortó a tener la misma disponibilidad de escucha del Espíritu Santo que tuvieron los padres conciliares. Y reafirmó que el hombre es el camino de la Iglesia porque precisamente la Iglesia sigue a Cristo que es para todos los hombres camino, verdad y vida.






    En la Clausura quince días después, declaró gozoso: El Sínodo ha logrado los objetivos para los que fue convocado y ha reforzado la apertura de la Iglesia, al final del segundo milenio, La Iglesia quiere vivamente ser la Iglesia en el mundo contemporáneo; desea servir de modo que la vida humana sobre la tierra sea cada vez mas digna del hombre.






    La apertura y clausura del Sínodo tuvieron liturgias solemnes en la Basílica vaticana que evocaban las ceremonias de octubre 1962-1965. Presididas por Juan Pablo II que procuró que aquel fuera el Sínodo de la oración.




    La Madre Teresa de Calcuta era en el aula la imagen de esta realidad. Asistió a todas las reuniones con el auricular en la mano derecha y el rosario en la izquierda. Miles de chicos y chicas manifestaron su adhesión al sucesor de Pedro y al Concilio y en la apertura pidieron a los obispos "fidelidad y valentía".




    El Sínodo lanzó un mensaje al mundo, expresión del compromiso de todos los obispos para llevar a la práctica el Vaticano II. Una de las cosas que se rechazó con fuerza fue la tentación de lecturas parciales. La receta fue asimilar toda la coherencia del Concilio. Las lecturas parciales son culpables de muchas sombras. La lectura, además hay que hacerla a la luz de toda la Tradición anterior de la Iglesia y de los Concilios precedentes, se puntualizaba.




    No hay como algunos pretendían "ruptura". La Iglesia es siempre la misma. Cristo es el mismo ayer, hoy y mañana y es el que garantiza la unidad de la Iglesia. Esta resultó ser una de las ideas fuertes del Sínodo.




    En el siguiente y último capítulo veremos otro aspecto: CRISTO, SÍ; IGLESIA, TAMBIÉN.




    Extracto: DEL TEMOR A LA ESPERANZA TOMO II. PÁGS. 176-178





    Josefina Rojo







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    Jesus, oculto na Hóstia, é tudo para mim




    “Se não fosse a Santa Comunhão, eu estaria caindo continuamente. A única coisa que me sustenta é a Santa Comunhão. Dela tiro forças, nela está o meu vigor. Tenho medo da vida, nos dias em que não recebo a Santa Comunhão. Tenho medo de mim mesma. Jesus, oculto na Hóstia, é tudo para mim. Do Sacrário tiro força, vigor, coragem e luz. Aí busco alívio nos momentos de aflição. Eu não saberia dar glória a Deus, se não tivesse a Eucaristia no meu coração.”



    (Diário de Santa Faustina, n. 1037)

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